Es una costumbre albanesa que data del siglo XV que de las hijas -que eran entregadas en matrimonios arregladas- una debía tomar votos de virginidad y devoción a la familia asumiendo un rol masculino. Una vez convertida en una “burneshas” las mujeres albanesas dejan de ser mujeres y pasan a ser hombres. Con ello vinen una serie de conductas y actividades que les son prohibidas a las mujeres, como sea fumar, conducir, votar, usar armar y utilizar ciertas expresiones verbales. Esta tradición aún tiene su arraigo en el norte de albania.
El fotógrafo Jill Peters ha retratado a las burneshas de Albania.
jillpetersphotography.com
0 comentarios:
Publicar un comentario