jueves, 18 de noviembre de 2021

Películas sobre automóviles

Películas sobre automóviles: Homenajes cinematógrafos a la máquina


Hay películas donde el protagonismo se lo llevan los automóviles. Se tratan de historias donde el auto tiene un sentido imbricado en la trama. Hay películas donde la escena del automóvil constituye en nudo de la historia. Con esto no queremos hacer referencia a la franquicia rápido y furioso sino adentrarnos en cierta cultura cinematográfica más reciente y no tan reciente.

Por ejemplo, una de esas escenas típicas donde el persecución del automóvil marca el núcleo de la historia podría ser Contacto en Francia (1971). La secuencia de la persecución de Gene Hackman contra el tren elevado entre el tráfico resume la historia en el relato de como el delincuente se escapa y la frenética obsesión del detective. Otra película, C’était un rendez-vous (1976), junto a Contacto en Francia comenzaban a forjar un cierto subgénero donde hay una combinación de adoración de la máquina y un intento de hacer experimentar al espectador de las emociones del movimiento y la velocidad. 

 


Podríamos llegar hasta decir que el director John Frankenheimer fué quien allanó el camino de ese tipo de películas a través de Grand Prix (1966), Contacto en Francia II (1975), consagrándolas con Ronin (1998). Las persecuciones en automóviles de Ronin no son accesorias a la historia. En la primer misión Robert De Niro pide especialmente un sedán grande y potente que veremos en ese Audi A8 deslizándose por los empedrados de París. Pero esa escena es apenas un aperitivo para dos persecuciones más, una más espectacular que la otra.


Frankenheimer lo logra otra vez. Transmite la intensidad del movimiento y la velocidad. Los automóviles no están elegidos al azar. Es un Peugeot contra un BMW en medio de la ciudad. El sonido, el rugir de los motores que son exigídos al límite como forma de demostración del entrentamiento acalorado entre los protagonistas.
Así como Frankenheimer, Luc Besson supo explotar este subgénero. Su primer incursión fué produciendo la película Taxi (1998). Podríamos decir que en Taxi hay algunos elementos de borrador para la próxima película producida por Besson que verdaderamente encarnaría este tipo de cine.
El transportador (2002) pone al automóvil en un lugar protagónico y central para la historia. Al mismo tiempo es una especia de oda a estas maravillas mecánicas. El BMW 745i de El transportador ha generado beneración por esta máquina.

 
 
Recordemos que esta fué la película que lanzó a Jason Statham al estrellato.
Me parece -y esto es puro juicio propio- que así como Tarantino quiso explotar generos marginales del cine perifperico, Besson intentó hacer algo similar con el cine de  C’était un rendez-vous (1976).
Aquí es donde esta cuestión se pone interesante y podemos mencionar algunas películas más recientes que se pueden encontrar en las plataformas.

Una de esas películas es Wheelman (2017) protagonizada por Mike Grillo. Se puede encontrar en Netflix y es un thriller que se desarrolla casi en su totalidad dentro de un auto. Aquí podríamos hacer un paréntesis para mencionar la película Lock (2014) que consiste en Tom Hardy manejando y hablando por celular. Pero volviendo a  Wheelman (2017), la película se trata de alguien quien tiene un verdadero oficio y pasión por los automóviles. Se propicia un BMW Serie 3 para su trabajo y él tiene para sí un Porsche 911 viejo, de finales de los 80 o principios de los 90. Solo maneja autos alemanes. Autos con caja manual. Incluso su cómplice le pregunta -¿Seguro quieres usar manual para este trabajo? Pero Frank Grillo entiende como funciona esa máquina, quiere ser él quien esté a cargo de los engranajes cuando sea la hora de huir.


Sin duda Wheelman es un exponente de este subgénero sin embargo una muestra menor porque no deja de ser una película "pequeña" casi independiente.
La película que logró establecerse como obra de arte de culto es Drive (2011) protagonizada por Ryan Goslin. Esta película es una obra maestra de este subgenero cinematográfico. Aunque indudablemente el automóvil tiene un lugar central en la historia, la estética de la película va más allá de eso. Sin duda Ryan Goslin se entiende mejor con los autos que con las personas y hasta estos lo ayudan a mantenerse fuera de problemas, o al menos escapar de ellos. Él se siente seguro arriba de un auto.
Una película hiperviolenta, con grandes momentos de suspenso, acción, persecuciones, máquinas majestuosas, planos sublimes y una música que ambienta muy bien esta historia.
Esta película está disponible en Amazon Prime.

 
 
Si consideramos la parodia como mejor forma de aclamación, el director Edgard Wright, llevó la sátira de este este subgénero a un nuevo nivel de arte. 
Baby Driver (2017) es como un video clip, un montaje sincronizado de música y movimiento como en un delicado ballet compuesto por persecuciones a la salida del robo de un banco. Edgard Wright es un director con un estilo y una estética muy particular (como Wes Anderson) y esto se hace muy evidente, aunque estuviera incurriendo en un género más propio del cine francés. Pero Wright hace una muy buena rendición de este "cine de automóviles".
Baby Driver está disponible en Netflix


Este homenaje a las máquinas se ha vuelto una expresión de un cine que se encuentra enquistado en algún rincón de la historia del cine.
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