lunes, 6 de julio de 2020

Una reseña de Sincerely Louis CK (2020)

¿Está bien reírse de esto? Una reseña de Sincerely Louis CK (2020)

Por Diego Labra @omnivorcultural


Llegué a El Mamut, un disco preferido, gracias a una amiga que ponía el vivo de Massacre en repeat durante esas largas tardenoches de estudio en que preparábamos orales y domiciliarios. Pero ella ya hace mucho que no escucha a la banda de sus amores adolescentes. Una decisión tomada a la luz de la barrabasada que dijo Walas sobre las denuncias de abuso que sacudieron al mundillo del rock under/indie local hace unos años, por los cuales el cantante pidió y volvió a pedir perdón. No puedo dejar de pensar en eso, en ella, mientras miro y me río con Sincerely Louis CK, el nuevo especial del titular comediante. 


Para los que no lo sepan, C.K. (Székely de nacimiento) es un estandapero, escritor, cineasta norteamericano quién, si bien venía laburando fuerte desde los noventa, logró mayor visibilidad y reconocimiento durante la década pasada gracias a su rupturista sitcom Louie (2010-2015) y las posteriores giras de estadio que este éxito televisivo le habilitó. Durante un lustro, la crítica de televisión le cantó loas, galardonándolo en listas de lo mejor del año, cada año, y peleó la punta en rankings de los comediantes más taquilleros de habla inglesa.

Todo esto hasta que, en noviembre de 2017, apenas un mes luego que dos exposés sobre el productor Harvey Weinstein detonaran en Hollywood el movimiento que hoy se conoce como #MeToo, un artículo en The New York Times dio voz a cinco mujeres que acusaban a C.K. de lo que en castellano se traduce literalmente como “mala conducta sexual”. Al día siguiente, él mismo reconoció públicamente la veracidad de lo publicado. Lo mismo que había negado un mes antes, cuando solo se trataba de “rumores”


Desesperades por correrse del ojo de la tormenta, todes inmediatamente cortaron lazos: su representación lo desconoció, el canal FX canceló su serie y quitó su crédito de productor ejecutivo en otras producciones, HBO y Netflix bajaron su contenido, y la película por él dirigida y protagonizada que acaba de debutar en el festival de Toronto fue a parar al estante de las cintas malditas, donde continua hasta hoy, sin estreno comercial programado. No faltaron tampoco llamados desde el público y la crítica a no consumirlo más. Porque ahora esos chistes ya no causaban gracia. Porque había que dejar de darle de comer. 

De esta última vocación nace la indignación desatada por cada paso que el comediante ha dado en pos de volver a ocupar un lugar en la escena, apenas disimulado caminito que culminó en el estreno del presente especial de stand up. Si bien detrás del ostracismo impuesto a C.K. hay compañías actuando en beneficio propio, protegiendo su brand, esquivando el bulto de la responsabilidad que les toca, en la opinión pública se procesa como una suerte de justicia posible ante trasgresiones que no pueden, o no quieren, ser juzgadas en otras esferas de la vida en sociedad. Fiel al espíritu pragmático de la sociedad de consumidores norteamericana, la ciudadanía vota con el bolsillo, y castiga con él también. 

Lejos de ser nueva, la pregunta acerca de cómo reaccionar ante estas revelaciones, “qué hacer cuando el arte que amamos fue creado por un monstruo”, ha sido reflotada con el misma ímpetu con la que la tercera ola feminista ha logrado instalar sus reivindicaciones en la agenda cultural. Los imperativos éticos y los menesteres de la crítica se enredan ante las demandas sociales, políticas del movimiento. Yendo más allá del consumo particular de cada une, ¿qué lugar se le debe dar en la historia de sus respectivas artes a hombres como Woody Allen o Michael Jackson? ¿Alcanza con adjuntar una nota al pie que contextualice las obras a la luz de las acusaciones y/o sentencias? ¿O directamente se deben rehacer los cánones, bajar los cuadros de las paredes?

Hannah Gadsby argumenta en esta dirección en Nanette, su rupturista especial de stand up para terminar con todos los especiales de stand up. Allí no solo se despacha contra Picasso, preguntando si acaso el hecho de haber creado el cubismo es suficiente justificación para celebrar a un hombre de 45 años que tuvo una “relación” con una joven de 17, sino que insiste en que separar el arte de la vida de sus (miserables) creadores es hacerle el juego a los hombres poderosos que elevan su reputación por sobre quienes damnifican. En lo que acaso es la reinterpretación más radical de un chiste de Yayo jamás hecha, Gadsby remata diciendo que la historia del arte occidental no es otra cosa que la historia de hombres pintando mujeres como vasijas de carne para sus flores de penes

Esta postura, contraintuitiva para nuestra academia, que a lo largo del siglo XX se mudó del paradigma “vida y obra” a la “muerte del autor” y más allá, ha tenido impacto profundo en la crítica profesional de los medios norteamericanos. La citada y celebrada sitcom Louie fue completamente desterrada de las listas de lo mejor de la década. Salvo aisladas e interesantes reflexiones, este criterio fue adoptado en silencio, en un consenso tácito.

¿Acaso la admisión de culpa C.K. anula los méritos de la obra creada anteriormente (y en la cual, por virtud de la realidad material del medio, participó muchísima más gente que él)? ¿Necesariamente se debe leer, juzgar, la serie y los especiales de stand up a la luz de la vida de C.K., del abuso perpetrado por él? El “dilema de Louis C.K.”, como se lo llamó en el The New York Times, tiene además una particularidad que ya ha sido señalada en ensayos anteriores. La naturaleza reflexiva y autorrefencial del stand up, en general, y del trabajo de C.K., en particular (quien, además, dejó marca en cada esquina de sus producciones en calidad de protagonista, escritor, director, productor, etc.), hace difícil, o directamente imposible, que el contexto no informe nuestra experiencia con su humor. 

De hecho, una revisión contemporánea de la obra a la luz de la información hoy pública permite ver que mucho de su potencia viene de cierta reflexión sobre lo que, ahora sabemos, había hecho. Lo cual podría leerse alternativamente como gracia salvadora de la misma, o una razón más para meter todo en una bóveda, tirarlo al fondo del Atlántico y perder la llave.

C.K., consumado artesano de su oficio, lo sabe sobradamente. Por eso abre Sincerely con la pregunta “¿Cómo estuvieron ustedes durante el último par de años?”, lo que provoca la primera risa y aplausos de la noche. “Esperen a que encuentren mis fotos en blackface”, continua, provocador. 

A lo largo de toda la hora, el comediante tienta a la audiencia (en el teatro de Washington D.C. donde filmó el especial, en cada casa sentada delante de la pantalla) pinchando al proverbial elefante en la habitación. Cada sección empieza con anécdotas que denotan el itinerario de su huida europea (España, Francia, Polonia, “porque me tuve que ir hasta Polonia para poder hacer shows”) desde una Nueva York que dice haber amado, pero ahora odiar. 

“Prefiero estar en Auschwitz que en New York City”, arremete en el set up a uno de los mejores chistes del especial. “Quiero decir Auschwitz ahora. El Auschwitz de hoy, no entonces cuando estaba abierto. Ahora, es lindo ahora, tiene un gift shop. La gente va a propósito. Compra entradas. Eso me parece raro. Que la gente compre entradas para ir a Auschwitz. Es raro. Si le pudieras decir a aquella gente: ‘la gente va a comprar entradas para venir acá. Enrósquense pensando eso’”. 

Entre coqueteo y coqueteó con referenciar su caso, la comedia que despliega C.K. es esa misma, provocadora, escatológica y filosa (aunque quizás un poco menos afilada, con bordes más ásperos) que lo hizo el niño mimado de la crítica y el mercado durante los 2010. Jugando sobre la línea, a la sombra de la siempre bien ponderada Primera Enmienda, como les gusta a los comediantes yanquis. Yendo desde una reflexión sobre la palabra “retardado” al momento en que descubrió que en Francia la gente se mide la temperatura con un termómetro rectal. Del aborto a la homosexualidad.

 “¿No habrá hombres gay que extrañen los viejos tiempos?”, pregunta, comparando el sexo rutinario y marital que pueden disfrutar ahora con el peligroso “excitante” de la clandestinidad en la que antes se veían obligados a existir. “Oh, sí, le estoy rompiendo el corazón a mi madre”, exclama mientras sacude la pelvis de atrás hacia delante. 

Finalmente, en los últimos diez minutos del especial, luego de bailar la hora entera a su alrededor, refiere al tema con mayúscula. “A alguna gente le gusta cuando el sexo es retorcido”, dice señalándose a sí mismo. “¿Quieren hablar de eso? ¿Deberíamos hablar de eso? Bueno hablemos”. En un crescendo clásico del formato stand up, C.K. comienza con lo más chabacano y ofensivo (“Les doy un consejo: si le preguntan a alguien ‘¿Me puedo masturbar adelante tuyo?’ Shhh. Déjenme terminar. Quiero decir, déjenme terminar lo que estoy diciendo”), y de ahí va edificando hasta desembocar finalmente en lo que se propone como un giro empático:


"Así que, sea lo que sea lo tuyo. No sé lo que es. Tal vez no puedas acabar a menos que tengas a tu padre en altavoz. Sea lo que sea. Si quieres hacerlo con alguien más, tienes que preguntar primero. Pero si te dicen que sí, aun así, no puedes decir "¡Woo!" y encarar de una. Tenés que chequear a menudo. Supongo que eso es lo que quiero decir. Chequeen con la otra persona. Porque no siempre está claro cómo se siente la gente. Como a los hombres se les enseña a asegurarse de que la mujer está bien, pero la cosa es que las mujeres saben cómo parecer estar bien cuando no lo están. Así que no puedes mirarla a la cara y arrancar, sus ojos están secos, estamos bien. Seguir dándole. Tenés que preguntar. Porque la comunicación durante el sexo puede ser muy confusa. Como a veces estás con una mujer, estás teniendo sexo, ella está haciendo ruidos. Ella dice: "oooh, ahhh", y tú dices: "Dios mío, le encanta". No necesariamente. A veces hacen esos ruidos sólo para superar el momento, porque es más fácil decir 'oooh' que decir, 'Odio cómo me cojés. Honestamente, es horrible'. Así que ella hace 'ooooh mi amor'. Es una especie de canto espiritual negro. Es algo similar. Así que asumir que le gusta es como si escucharan a los esclavos cantando en los campos y te dijeran: "¡Eh, la están pasando bomba ahí fuera!"


En esta catarsis final, todo quiere (volver a) estar bien. C.K., como dijimos maestro en lo suyo, construye el chiste con gran efecto, en una asociación ingeniosa, con filo sociohistórico. Pero, ¿esta inversión final justifica/anula las provocaciones con las que fue cebando a la audiencia a lo largo de la hora? Porque acá los chistes (las estocadas contra New York y la reacción de los medios, el fastidio con lo que “le pasó”) cobra otros matices al estar hablándose no de hipotéticos, no de las observaciones obsesivo compulsivas o cuitas personales que motorizan buena parte del stand up, sino de acusaciones hechas públicamente. De la vivencia de mujeres que se expusieron para confrontar a su abusador. O, quizás, la provocación del humor siempre juega sobre ese límite, intransgredible para uno y gracioso para otro, y esta vez el pie sobre la tiza queda más expuesto por todo lo que rodea a cada remate.

Aunque, creo, lo más problemático de Sincerely Louis C.K. no es la transgresión con la que chumba el comediante, sino precisamente la catarsis del final, el momento de empatía. Por varias razones, no siendo una menor que al hacerlo sobre el escenario y en sus propios términos. Sin las voces de las víctimas presentes, él controla el discurso y puede moldearlo cómo se le dé la gana. 

El resultado, ese desenlace donde aparece un reconocimiento de lo trasgredido, atribuido aquí a una falla en la comunicación, a una incapacidad o falta de deseo en corroborar el consentimiento de la otra parte, habilita a un arco redentorio. “Aprendí de mi error, no lo voy a volver a hacer, y Uds. no deberían hacerlo tampoco” es la suma de lo finalmente dicho ¿Está bien aceptar esa narrativa propuesta? No lo sé ¿La aceptamos de manera tácita mirando el especial, riéndonos de los chistes? Tiendo a pensar que sí. 

Pero si la capacidad de perdonar la tienen solo las víctimas de los abusos de C.K., ¿qué es entonces lo que se está negociando aquí con los espectadores, con nosotros? ¿Acaso debemos perdonarlo, no por los abusos denunciados y reconocidos, sino por haber roto el pacto con la audiencia al hacernos enfrentar una realidad desagradable oculta tras el arte que gozamos consumir, de los chistes con que nos supimos cagar de risa?

 Si bien la suerte de disculpa no disculpa a lo que aspira ser en parte Sincerely Louis C.K. me parece mucho mejor labrada, e incluso más satisfactoria en su mea culpa, que otros ejemplos del emergente género de stand ups de arrepentidos (comparado, por ejemplo, con Right Now del también denunciado Aziz Ansari), estas preguntas laten de fondo, sobre todo cuando comienzan a rodar los créditos y las risas se apagan. 

Todo momento tendiente a la empatía, a la compresión, necesario en la construcción de un humor más tridimensional que no caiga en la burla burda, a cualquier acto narrativo incluso, es saboteado por la alarma que despierta el riesgo del indulto. Lo cual es decir mucho en una hora que languidece un poco hasta llegar a la mención de la aniquilación de la familia paterna del comediante durante el Holocausto.

Y si el humor, el relato ofrecido en Sincerely no alcanza para garantizar la rehabilitación del cómico en la arena del entretenimiento, a los ojos de la opinión pública ¿qué sí lo haría? ¿Un unipersonal dramático lleno de autoflagelación y remordimiento? ¿Acaso siquiera es posible esa suerte de regreso a la escena, cuando el consumo de su palabra implica una suerte de pacto narrativo entre el que cuenta y el que escucha? 

De obturar por completo la posibilidad de la catarsis de la redención, esas que siempre nos encanta

consumir en la ficción y la no ficción, por lo menos cuando se trata de otras faltas y delitos, quedamos frente a la propuesta de Gadsby ¿Deberíamos, como ella propone, condenarlo a la ignominia del olvido, creando un nuevo canon que lo exorcice de la historia de la comedia y la televisión? ¿O, como de facto sucede, su éxito depende del mercado, de la buena voluntad de productores y la demanda del público, abriendo a la posibilidad de que la historia de C.K. tenga “final feliz”? 

Como anima de manera contemporánea y magistral Bojack Horseman, todas estas preguntas, dolorosamente abiertas, espesan el aire dentro de industrias y farándulas donde abundan los placares llenos de esqueletos. El desarrollo de la historia del titular caballo actor a lo largo de las temporadas culmina, como no puede ser de otra manera aun, en una conclusión deliberadamente insatisfactoria, y quizás provisoria. 

Uno se puede sumergir mediante flashbacks en el pasado individual y colectivo para encontrar explicaciones que ayuden a comprender, pero esto no quita que ciertos límites, una vez rotos, rotos para siempre quedan. El final abierto parece querer decir que la vida continúa, con el cargo y la culpa expuestos, y que por más que el responsable acepte la parte que le toca, las cosas no pueden a volver a ser como antes. Y hay que vivir con eso. 

Mientras el mercado de bienes culturales se contorsiona e intenta adaptarse a las demandas del orden de lo ético que nacen de los medios y de base, estas preguntas quedan haciendo eco, en los altos techos de los claustros académicos y en la cabeza del espectador ¿Se llegará a una solución de compromiso sin cambio de fondo como proponen las etiquetas “Fair Trade” y “Bio” que encontramos en un supermercado primermundista? Por ahora, y en este caso, no sin cierto grado de culpa (amortiguada por haber “accedido” al material de forma que no deja ningún rédito al comediante), yo debo admitir que me reí.




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lunes, 29 de junio de 2020

10 grandes bandas sonoras de películas

10 grandes bandas sonoras de películas

Hay películas -que entre muchos de sus aspectos cinematográficos- se destacan por sus bandas sonoras. La música en algunas escenas cumple un papel fundamental para la película. Ésta forma parte del lenguaje cinematográfico y permiten establecer un ambiente, un ritmo, fijar un tema, darle sentido a la acción de los personajes, etc. Una escena que se puede tomar de ejemplo de esto es en la película Perros de la calle cuando Mr. Blond (Michael Mandsen) le corta la oreja al policía que está atado con la canción "Stuck in the midle with you" (Atrapado contigo). El chiste (la ironía) queda claro. Justamente en las películas de Tarantino la banda sonora es un elemento importante de la película.
En esta lista proponemos 10 grandes bandas sonoras de películas. La música en estas películas no es un elemento más. En cierta medida cuando escuchamos estas canciones nos evocan alguna imagen de estas películas. También en cierta manera esta articulación del cine y música muestran un acontecimiento en el que se fija la cultura popular marcando un acontecimiento para la cultura.
Aquí -sin un orden específico- proponemos una lista de 10 películas con grandes bandas sonoras.

10. Generación X (Reality Bites) - 1994.


Una película y un elenco memorable. Esta película captura el espíritu de los años 90. Generación X fue dirigida por Ben Stiller, quien también desempeñó el papel del adversario del principal personaje masculino (la protagonista de la película es una mujer), el yuppie que venía a desbalancear la relación entre Wynona Ryder y Ethan Hawke. En esta película la música sirve para establecer las situaciones y ambientar las escenas.
La banda sonora de Reality Bites incluye temas como Spinning around over you de Lenny Kravitz, All I want is you de U2, y Let´s talk about sex de Salt and Pepper.
Tal vez la escena más memorable de la película es donde suena la canción My Sharona.



9. Boogie Nights - 1997.


La banda sonora de Boogie Nights es un elemento fundamental en esta película sobre la historia del porno que atraviesa los fines de los 10 y comienzos de los 80. La música de Boogie nights establece el ambiente y marca el ritmo. Logra transportarnos al tiempo del disco. En esta opera prima de Paul Thomas Anderson la música mantiene el ritmo del relato y marca el tono de muchas escenas. Es difícil elegir alguna escena más destacable donde se luzca la banda sonora. La música es integral a la narrativa desde el comienzo con la canción Best of my love de The Emotions hasta en los momentos emotivos de God only knows de los Beach boys.
El trailer de la película resume ese soundtrack.



8 María Antonieta - 2006


Una decisión muy particular la de Sofía Coppola de musicalizar una película sobre el siglo XVIII con música pop e indie de los 80s y 90s. Esta muestra a María Antonieta como una especie de hipster, o al menos una persona muy moderna, que vivía como una adolescente del siglo XX. En ese sentido la realeza absolutista logró encarnar la subjetividad de la juventud privilegiada contemporánea. 
El soundtrack de Marie Antoniette consta de un album doble donde se compilan bandas como The Cure, The Gang of four, Siouxie and the Banshees, hasta The Strokes y Air.

7. Pulp Fiction - 1994


La música forma parte del montaje de esta película. Ya hicimos una referencia al papel que juega la música en las películas de Tarantino. Pulp fiction no es la excepción. Esta película es una experiencia tanto visual como auditiva. La música marca los distintos episodios que forman parte de esta trama fragmentada pero íntimamente intrincada. 
Una selección erudita de grandes temas desconocidos que calzan a la medida de esta historia noir.
Una escena memorable de pulp fiction es el baile entre Vincent Vega (John Travolta) y Mia Walace (Una Thurman).



6. Suban el volumen (Pup up the volumen) - 1990.


Una película que refleja el idealismo de los 90 encarnado en su música. Esa fué una época muy prolífera para la música. Entonces todavía se creía que se podía cambiar el mundo. La rebeldía todavía se veía como una virtud y esta película mostraba como la música podía liberarnos. Pero si el video mató a la estrella de radio, internet destruyó todos esos sueños.
En el soundtrack de esta película figuran bandas como Sonic youth, Pixies y Bad Brains con Henry Rollins reversionando la canción de los MC5



5. Purple rain - 1984.

Para hablar de Purple rain una palabra basta: Prince. Eso es lo más importante que se puede decir de esta película y no es poco. Una película ambivalente como el propio protagonista de esta historia de amor púrpura.
Este relato autoreferencial de uno de los más grandes genios musicales del siglo XX nos ofrece una épica oda musical.



4. Guardianes de la galaxia (Guardians of the Galaxy) - 2014


En esta aventura de fantasía y ciencia ficción la música es tan importante como los efectos visuales. La misma historia se ancla en una canción que establece la identidad del protagonista, un personaje de la tierra. La cultura del video clip es una influencia clara en esta película del espacio. En ese sentido la música es un elemento que permite ensamblar la acción.
Canciones como Hooked on a feeling, Cherry Bomb de las Runaways, como temas de Bowie, Marvin Gale entre otros.
Una gran escena musical de esta película incluye una canción de los Jackson 5.


3. Trainspotting - 1996


Los 90 no solo fue un relato optimista. Trainspotting muestra otra faceta de esa época. Una mirada marginal y desesperanzada sobre el fin del estado de bienestar. La película muestra la vida de un grupo de amigos que viven una vida de adicción al límite. 
La banda sonora de esta película cuenta con música de Iggy Pop, Brian Eno, Lou Reed, y el himno electrónico de Underworld.



2. Rebeldes y confundidos (Dazed and confused) - 1993.


Este drama-comedia juvenil recrea el último día de clases de un grupo de adolescentes en los años 70. La música es un elemento que permite recrear esta década. Dazed and confused, además de por la música se destaca por un gran elenco en el que participan Mathew McConaghey y Milla Yovovich.
La banda musical de esta película esta constituida por rock clásico de los 70. La música de Alice Cooper, Aerosmith, Deep Purple y Peter Frampton, entre otros, hacen de esta película una gran experiencia.



1. El club de los 5 (Breackfastclub) - 1985


No te olvides de mi: -Don´t you (forget about me). Esa canción y esta película marcó a una generación. Este ya clásico del director John Hughes muestra el ritual de paso de un grupo de adolescentes en detención. Una radiografía de la estratificación social en la escuela secundaria y como las distintas clases de jóvenes comparten las mismas inquietudes e inseguridades.
Una banda sonora inolvidable.

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Brand New, “The Devil and God Are Raging Inside Me” (2006)

Brand New, “The Devil and God Are Raging Inside Me” (2006) 
Por Diego Labra   @omnivorcultural

En el relato de la historia del rock, está instalado que este murió en los noventa de dos estocadas, primero, el suicidio de Kurt Cobain, y segundo, con la invasión del pop ready-made de Meamiiii de artistas prefabricados como los Backstreet Boys y Britney que invadió las ondas catódicas del globo. 

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domingo, 28 de junio de 2020

La Pintura Hiperrealista de Philipp Weber

La Pintura Hiperrealista de Philipp Weber

Philipp Weber es un artista alemán nacido en Rostock, en 1974. Reside y trabaja en las ciudades de Kassel y Berlin,  Estudió en la academia de arte  de Kassel.
La pintura de Weber es de estilo hiperrealista y utiliza la figura femenina para abordar temas como la vida, la rivalidad y el narcisimo. Pinta mujeres in posiciones tradicionales imitando la fotografía artística. Su estilo es detallista pero desprovisto.
Phillip Weber es un artista con una habilidad increible. Ha forjado una clara progresión artística a lo largo de su carrera. La inspiración de Philipp proviene de películas, libros, viajes, compañeros artistas y personas creativas, y sobre todo de las historias personales de las personas sobre sus vidas, revelando aspiraciones y sueños que van más allá de cualquier piel impecable o fachada elegante. “Mis fotos son sobre la vida y la muerte, la desesperación y la esperanza, las fotos de la serie en la que estoy trabajando actualmente fueron tomadas en Islandia. La naturaleza y el elemento del agua nuevamente juegan un papel, al igual que la tragedia y la fuerza interior ''


Serie Bendita Resistencia 2018


Introspección 2018


La furia de Mona 2018


Nuevo Nacimiento 2015


Nuevo Nacimiento 2014


Bendecida 2013


Creatura 2005


Corazón Blanco 2007



Corazón Blanco 2004


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miércoles, 24 de junio de 2020

Billions Temporada 5

Billions Temporada 5 #SpoilerAlert

Billions se ha establecido como la gran historia de la victoria épica del capitalismo. Ya en su quinta temporada ha estabilizado un modelo narrativo con las pequeñas cosas que ilustran el mundo del lujo del 1% más rico y la lucha épica entre la ley y el mercado. Esta serie va incrementando el nivel de complejidad de los conflictos entre los personajes que se enfrentan en una competencia feroz.


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Jeff Buckley “Grace”

Jeff Buckey “Grace” (1994)


Por Diego Labra   @omnivorcultural

Quien me conoce, sabe que lloro fácil con películas (Pixar me deshidrata). Me pasa mucho menos otros medios, como literatura o comics, y prácticamente nunca con música. Salvo por este disco, Grace, el único de estudio que llegó a terminar Jeff Buckley antes de morir joven. Otro de 1994, que pedazo de año.
 Lo descubrí gracias a Last.FM mientras trabajaba de 11 a 7 de la mañana frente a una PC, y fue como desenterrar un tesoro ¿Cómo puede ser que este disco no esté en cada batea personal (o ahora lista de Spotify)? Especialmente todos los rockeros noventosos y grungeros, que en Argentina se venden por docena, lo tendría que llevar en una estampita. 

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domingo, 21 de junio de 2020

Los 5 mejores guitarristas de la actualidad

Timothy Henson
Siempre es difícil confeccionar un ranking o lista de los mejores guitarristas de la actualidad. Esto no solo porque no siempre se comparten los criterios de clasificación sino también porque siempre están ingresando nuevos talentos. En ese sentido sentido queremos proponer una lista actualizada de los mejores guitarristas del momento. Los guitarristas considerados en esta lista se encuentran vivos y son prolíferos en sus carreras. Estos son guitarristas, que más allá que se pueda discutir estar entre los mejores del mundo, es indiscutible que son grandes virtuosos de la guitarra. Esta es una selección de guitarristas espectaculares por la forma en que sus estilos deslumbran.

Aquí presentamos cinco de los mejores guitarristas del mundo.

Frank Gambale

Tal vez este no sea el mejor momento de la carrera de Frank Gambale. Los 90 fueron su pico cuando formaba parte de la Chick Corea Electric Band, grupo con el que grabó 6 discos entre 1987 y 1996. Fué instructor de guitarra en el GIT -el prestigioso instituto de guitarra donde grandes estrellas dieron clases- en California. Grabó varios videos donde enseña su estilo particular.
Gambale grabó una docena de discos solistas con grandes músicos como sus compañeros de la electric band. Grabó con guitarristas como Allan Holldsworth (quien merece una mención de honor en esta lista).
El estilo de Frank Gambale se caracteriza por solos veloces pero con un sonido muy claro. Arpegios en todos los modos. Secuencias interminables donde ninguna nota está fuera de lugar.
Un guitarrista que toca como un guitarrista de heavy metal en las progresiones de fusión más complacientes. Su sonido es muy luminoso, con mucho brillo, un sonido muy claro.
En su discografía se destacan los discos grabados con power trio que es una especie de superbanda acompañado de Stu Hamm y Steven Smith. 
Aquí se puede apreciar a Frank Gambale en su primer disco con el proyecto GHS (Gambale, Hamm, Smith).

 

Scott Henderson 

Scott Henderson también comenzó su carrera con la Chick Corea Electric Band, en el mismo disco que Gambale, pero dejó a Corea para dedicarse a su propia carrera. En su notable trayectoria se destaca formar parte de Tribal Tech junto a Gary Willis, Kirk Covington y Scott Kinsey. Tribal Tech es una banda de música fusión que combina jazz, blues, y ritmos del mundo.
Scott Henderson combinaría su carrera con Tribal tech con una serie de discos solistas de blues donde muestra un sonido muy original y moderno para el género.
El estilo de Henderson es salvaje, desprolijo, y poderoso. Tiene gran amplitud expresivo en sus fraseos en secuencias armónicas complejas y disonantes. Una polifonía de blues, rock, jazz y sonidos tribales que se intensifican en una abalancha de música.
Al igual que Frank Gambale, Scott Henderson grabó varios discos con su power trío Vital Tech Tones acompañado por Victor Wooten y (el mismo) Steven Smith.
Un disco que muestra el talento de Henderson es Illicit de 1992.


Greg Howe 

Greg Howe es un guitarrista de estudio que comenzó su carrera en la banda de Michael Jackson. Un virtuoso que colaboró con artistas como Justin Timberlake, Christina Aguilera, Rihanna, Enrique Iglesias. También tocó con músicos como Richie Kotzen, Dennis Chambers, Simon Phillips, Victor Wooten, Jason Becker, Billy Sheehan y Stu Hamm.
Más allá de sus 9 discos solistas -donde su estilo se ha ido consolidando firmemente- cabe mencionar sus dos discos con el proyecto junto a Richie Kotzen. El disco Kotzen - Howe presenta tal vez los mejores solos de guitarra que se hayan grabado. Esos son los discos que no tienen límites.
Pero Howe aprendió a controlar ese poder en sus discos solistas que son mucho más complacientes para el easy listening. Greg Howe parecería en un búsqueda por un hit que lo introduzca al gran público por mérito propio. Howe ya tiene el reconocimiento de los guitarristas, pareciere que quiere lo mismo de las grandes audiencias. 
En 2012 Howe formó la banda Maragold con la bocalista Meghan Krauss. Aunque el proyecto no prosperó mostró la capacidad de Howe de hacer música en un formato más accesible que el de la música instrumental para virtuosos.
Sú último disco de 2017 se titula Wheelhouse y es tal vez su obra mejor lograda.
Aquí dejamos el corte de su disco con Maragold.


Plini

Un guitarrista mucho más joven que los anteriores de la lista. Plini nació en 1992. Un Millennial. Los anteriormente mencionados ya tocaban la guitarra antes que Plini naciera. Pero a pesar de su juventud Plini ya está establecido como una de las grandes luminarias de la guitarra actual. Un nuevo enfoque generacional a la música y a la guitarra. 
Plini propone un sonido etéreo con un sonido claro pero con mucho poder. Este guitarrista comienza a incluir riffs con afinaciones más graves característicos del género musical Djent. Podríamos decir que Plini es una especie de Joe Satriani del nu metal. Aunque dicha afirmación no le haría justicia a ninguno de los dos. Aunque sin duda Plini sabe emular muy bien el sonido de sus maestros. Estas huellas se aprecian a la vista o al oído.
Plini formó parte de la banda Intervals -de otro gran nuevo virtuoso de la guitarra: Aaron Marshall- donde incorporó el sonido Djent. 
La musica de Plini no solo le caracteriza por su sonidos sino también por sus ritmos. Canciones muy intrincadas con ritmos complejos caracterizan la música de este guitarrista.
Una pequeña muestra del talento de Plini. 


Timothy Henson

La carrera de Henson comienza en 2010 con la banda Polyphia donde toca actualmente. Polyphia es una banda de música Djent instrumental de Texas. Esta banda es un fenómeno del siglo XXI y surgieron de las redes y plataformas. Su sonido pesado mezcla indistintamente el por el metal y el merengue. Timothy Henson es el genio precoz detrás de Polyphia. Su sonido es muy característico por el uso del trémolo y vibrato en sus complicados riffs. 
La banda solo ha grabado tres discos y su último album es de 2018. No hay demasiado para decir del pasado de Timotht Henson porque todo lo que se está por decir de él está en el futuro.



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Tema Musical de la serie División Miami

El tema musical de la serie de televisión División Miami es interpretado por el músico Ian Hammer. La canción de Miami Vice hizo famoso al interprete y compositor que logró cierto éxito y reconocimiento por esta serie. División Miami fue una serie producida por el hoy consagrado directorde cine Michael Mann. Esta serie cuenta la historia de un policía y su compañero que son agentes infiltrados en el mundo del narcotráfico de la ciudad de Miami.
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jueves, 18 de junio de 2020

Pánico y locura en Minneapolis.

Pánico y locura en Minneapolis.

Buenos Aires: El compilador.

Empezaron a llegar las imágenes y relatos de amigos que viven en Minneapolis, trabajan en Washington DC. Estas imágenes y relatos cuentan los disturbios, las protestas, y el descontento. Esto es una compilación de ese material y testimonios para dejar registro de las experiencias desde la mirada de quienes viven la situación desde allí.
Difundo las imágenes que recibí y transcribo lo que me narran las fuentes “desde adentro”.



Minneapolis: Felix

Minneapolis fue el epicentro del estallido de los disturbios raciales que provocados por el asesinato de George Lloyd en un acto de brutalidad policíaca injustificada. Esto no un acto aislado ni una novedad oculta. Pero esta vez, bajo estas circunstancias tan particulares de desprotección para los afroamericanos (y también latinos) frente a la pandemia del Covid-19, este tipo de actos descarados de racismo hicieron colapsar la paciencia de la comunidad afroamericana y de la población en general.
Felix me relata que hubo noches donde sintió miedo. Los disturbios que encarnaban la ira y angustia que todos comparten parecía tomar una vida propia. La violencia comenzaba a desbordarse. 
En algunos momentos sintió miedo a medida que los disturbios pasaban cerca de su casa. De ello recogió los testimonios fotográficos que aquí compartimos.
Felix describe lo que está sucediendo cómo una tormenta donde convergen décadas de violencia policial, racismo, la pandemia y el gobierno de un egomaníaco fasistoide que no hace otra cosa que agravar estos problemas con cada una de sus declaraciones.



Washington DC: Andrés

Washington DC se declaró en estado de sitio. Un acontecimiento sin precedentes que pone en evidencia la gravedad de la situación. En esa ciudad vive Andrés que ofrece una reflexión sobre la cuestión.

Los afroamericanos se ven triplemente afectados por la situación actual. Primero, en el aspecto salud, el coronavirus los afecta más que al resto de la población. Son ellos (y los latinos) los que en mayor proporción se infectan y fallecen. Están sobrerrepresentados en relación al resto de la población. Segundo, en el aspecto económico, son los afroamericanos y latinos quienes han sido despedidos en mayor proporción que el resto. El índice de desempleo entre la población afroamericana es mucho más alto que el 20% de la media nacional. Esto también se ve reflejado en el subempleo y la disminución de los salarios.

A esto se suma el maltrato y la violencia que se ve cotidianamente. No se trata solamente del video donde se asesina a George Lloyd. Hay otros videos igual de inflamatorios donde se muestra con toda crudeza el racismo. Esto no es una historia nueva sino que viene del nacimiento de los Estados Unidos con la esclavitud.
En suma estos factores hacen que surja un descontento muy grande de la gente afroamericana.

Además de todo esto, Donald Trump enfrenta su reelección. Las encuestas le dan mal. Acá [Estados Unidos] hay una especie de grieta comparable a la de la Argentina. Trump está perdiendo en las encuestas. No por mucho, pero está perdiendo. Hoy perdería, por lo tanto, le quedan solamante dos esperanzas.

La primera es lograr que se llegue al “fondo del pozo”, que cada mes sea mejor que el anterior, y Trump poder decir que -“poquito a poco”- está sacando al país de la situación. Mejor “no cambiar caballo en medio del río”: -“yo se cómo salir de esta”.

El segundo escenario tiene que ver con lo que está sucediendo hoy día con la violencia en la calle y recurrir a la figura del hombre que restablece la ley y el orden. Si la violencia recrudece y la población siente miedo existe la posibilidad de revertir la situación electoral de Trump. Esto es, que electorado, a pesar de considerar que Trump es un sujeto desagradable, es el que puede controlar esto y garantizar cierta seguridad.
Trump está tirando querosene al fuego. Ha reaccionado con una actitud fascista y promoviendo el odio. 
Esto explica el recrudecimiento del conflicto que está sucediendo en la calle en los Estados Unidos.

Fotos: Cortesía de Félix Valanzasca

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Hannah Arendt: La banalidad del mal

La reciente película sobre la pensadora Hannah Arendt y sus refexiones filosóficas sobre los horrores de nuevas formas de crímenes contra la humanidad a partir de la cobertura periódistica sobre el juicio de Adolf Eichmann en Jerusalén para la revista "The New York" ha abierto ovaciones, críticas, alagos así como resistencias  y rencores.
La película de la directora Margarethe von Trotta y protagonizada por Barbara Sukowa puede ser enmarcada en una saga de películas políticas como "Rosa Luxemburgo" donde los personajes son mujeres en las que se centra la tensión y la trama.
Este película reciente posee varias virtudes, desde su ambientación y estética, un relato fiel a la actividad filosófica y la experiencia del pensar, así como el compromiso político y los dilemas a los que nos enfrentan.
La película logra delinear cierta crónica del juicio de Eichmann, pero por sobre todo logra sumergirnos en las reflexiones de una filósofa comprometida con la verdad así con su pueblo.
Sus tensiones entre su vida activa y contemplativa, sus amores por la filosofía, su polémico romance con Heiddegger y la incómoda

 un abordaje
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